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Por el equipo de inversión de Schroders

Desde Schroders, pensamos que 2021 va a ser un año que plantee muchos desafíos a los inversores a la hora de construir las carteras de renta fija. Las políticas fiscales y monetarias sin precedentes aplicadas por gobiernos y bancos centrales van a tener un impacto considerable sobre la clase de activo. Dichas políticas ultra acomodaticias harán que el inversor más conservador empiece a considerar clases de activo de renta fija más satélites para poder generar retornos positivos reales (ajustados por la inflación). Pensamos en el contexto de tipos de interés actuales hay tres ideas que deberían tenerse en cuenta a la hora de construir carteras de renta fija en 2021. Hace poco las comentamos en un evento que puedes reproducir aquí, y donde también encontrarás minivídeos en los que en un minuto describen como lograr exposición a estas temáticas.

Bonos ligados a la inflación
Todas las medidas antes mencionadas y sin precedentes para contra restar el shock de demanda provocado por el coronavirus han llevado a que nos replanteemos nuestro escenario de inflación de los próximos años. Históricamente el incremento de la masa monetaria junto con estímulos fiscales y de demanda han venido acompañados de un incremento de las expectativas de inflación. A eso hay que sumarle que los bancos centrales han apuntado que se sentirían cómodos con mayores niveles de inflación a los que consideraba en el pasado. Las primeras retiradas de estímulos no se esperan hasta el año 2023, como así lo ha manifestado la FED.

Con todo esto encima de la mesa, no descartamos que el repunte de las expectativas de inflación siga incrementándose en el tiempo. La manera de cubrirse de ese incremento con unos tipos nominales bajos es a través de los bonos ligados a la inflación. Estas carteras han estado fuera del radar de los inversores los últimos años por el entorno deflacionista existente y por la alta duración que tienen (superior a los 10 años). No obstante matizar que esa duración no es una duración real, ya que en el cálculo de la misma no se mete en los cupones dichas expectativas de inflación. Cuando se hace ese ejercicio las duraciones reales son más cercanas a los 6 años (muy similar a carteras de gobiernos de países desarrollados). Por tanto, no pensamos que la duración sea un factor de riesgo para tener esta clase de activo en carteras.

Renta fija asiática
Desde Schroders, creemos que Asia será la región abanderada del crecimiento en las próximas dos décadas, liderada por China que ya supone el 16% del PIB a nivel global y contribuye en 1/3 a dicho crecimiento. La renta fija asiática ofrece mejores fundamentales ajustados por riesgo frente a las economías de mercados desarrollados. Además son economías que retribuyen mejor al inversor en renta fija por cada unidad de duración que se asume en cartera.

Dentro de la renta fija asiática hay que mencionar el papel de China por magnitud e importancia. Cuando uno mira el peso de China, motor de crecimiento, en los índices de renta variable y renta fija se da cuenta que ese liderazgo macroeconómico no esta reflejado con un peso representativo en dichos índices. En el caso de los índices de renta fija agregados globales, dicho peso se sitúa por debajo del 1%. Esta situación esta cambiando drásticamente con los procesos de inclusión de China por parte de los principales proveedores de índices. Como resultado, la clase de activo empieza a ser elegible para mayor número de inversores a nivel global, lo que se traduce en un flujo de capitales muy importante a la región.

Destacar, que este activo tiene un perfil más defensivo de lo que la comunidad inversora piensa. Tiene mejor rendimiento ajustado por riesgo que la deuda desarrollada y además ofrece mejor descorrelación que la de sus homólogos occidentales. Esta capacidad de diversificación lo convierte en un componente fundamental en una cartera especialmente frente a la renta variable dada las valoraciones a las que cotizan algunos segmentos de este mercado.

Por último al divisa, pensamos que no será un problema por varios motivos:

China lleva inmersa varios años en un proceso de internacionalizar su divisa (segunda divisa más comerciada de Asia después del JPY o forma parte del programa SDR del FMI, un fondo de reserva para Estados miembros que solo está formado por cinco divisas a nivel global).
China es una región atractiva de flujo de capital por el diferencial de tipos frente a EE.UU (cerca de 250 puntos básicos de diferencia).
China es la abanderada de la recuperación de esta crisis pero todavía no tiene la economía a pleno potencial. La recuperación manufacturera ha sido importante pero la de servicios todavía tiene mayor margen de expansión.
Crédito de alto rendimiento o HY Europa
En un escenario de tipos bajos para más tiempo de esperado, el crédito ha sido una clase de activo que históricamente ha ofrecido niveles de rentas considerables. En un escenario central de recuperación para los próximos 6 meses y todos los planes pro crecimiento puestos en marcha por Europa (fondo de rescate europeo o los estímulos monetarios) el high yield es un segmente del crédito interesante para apalancarnos en esa recuperación. Es cierto que los diferenciales de crédito se han comprimido considerablemente desde sus máximos en marzo y abril; pero todavía ofrecen potencial para los gestores activos por varios motivos:

El high yield no es un papel elegible para el BCE, por lo que no hemos visto una compresión tan fuerte de diferenciales como en deuda de calidad.
El high yield sigue ofreciendo potencial a futuro ya que cotiza con un nivel de diferencial sustancialmente superior al de los mínimos marcados en febrero (momento en el que cotizaban con una sobrevaloración imporntate).
Los niveles de impagos en Europa se han mantenido estables frente a la deuda americana. Esto se debe al perfil más defensivo de la deuda europea al tener menos exposición a emisores más ligados con MM.PP
La dispersión existente en el mercado de crédito es enorme, lo que supone un entorno propicio para los gestores activos para elevar los niveles de TIR en cartera sin asumir un riesgo de crédito excesivo.
Por último, hay que señalar que tras la rebajas vistas en el segmento BBB de crédito como consecuencia de esta crisis, muchos de los emisores BB suponen una oportunidad importante. Se da el caso de muchos emisores que siguen teniendo fundamentales de grado de inversión, pero que fueron sujetos de ventas forzosas como consecuencia de estas rebajas de rating por parte de inversores institucionales. En Schroders analizamos este escalón de crédito con especial atención. Uno de los ratios que más miramos es el BB/BBB para saber cuanto de más nos paga bajarnos a high yield y asumir mayor riesgo. En estos momentos ese ratio se sitúa en más de 3 veces. Esto quiere decir que por bajar al segmento BB un emisor nos paga de media 3 veces mayor diferencial que un emisor BBB.

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